miércoles, 4 de marzo de 2009

Discrepo...



Mientras escuchaba a la indescriptible (indescriptible tupé, indescriptible voz, indescriptible ella) Amy Winehouse –Tears dry on their own- me ha dado un aire, por lo que este miércoles, seré breve…
Tiempo hace que guardaba la intención de reseñar el último Premio Nacional en la categoría de cómic, Arrugas de Paco Roca (2008, Bilbao: Astiberri), más que nada porque disiento de cierta loa que, de esta obra, leí hace unos meses en un suplemento cultural.
Puedo decir que el argumento es bueno, que la calidad artística es de varios tenedores y que la edición está cuidada. Lo que no puedo decir es que sea una historia redonda (como se debería presuponer).
Sí. La historia de Emilio se repite en muchos hogares cada día, cada hora, cuestión que propicia el identificarse con el personaje y su entorno.
Sí. Las situaciones que viven Emilio, Miguel, Rosario, Antonia, Dolores y Modesto, son reales y nos hacen reflexionar sobre lo evanescente y absurdo de la vida, sobre lo triste que es la vejez, del poder de los recuerdos para la subsistencia, etc.
Pero a lo que no digo “sí” es al final. Echo de menos una conclusión (o varias) que, nos transmita, no de forma tan abierta y libre, una lección, cosa que creo ha de pretender esta obra llena de momentos entrañables.
Y si desconfían, lean y opinen.
P.S.: Si tienen tiempo, échenle un ojo a El faro, del mismo autor.

2 comentarios:

Nombre dijo...

Pones el interés en el final. No recuerdo bien, así que le echaré un vistazo de nuevo antes de opinar. Y, si puedo, miraré también "El faro". Gracias por la referencia.

Román Belmonte dijo...

El final no lo es todo... Hay obras en las que el recorrido es muchísimo más importante que el final, pero en ésta se agradecería uno más redondo.
Un saludo.