lunes, 18 de febrero de 2013

Libros y nazismo (1)


El pasado 30 de enero se cumplieron ochenta años desde que Adolf Hitler fuera nombrado canciller de Alemania por el entonces presidente Paul von Hindenburg, un hecho que repercutió increíblemente, no sólo en la Historia universal del siglo XX, sino en otros contextos como el artístico, el tecnológico o el literario, el que aquí nos ocupa.
Decenas de títulos que trazan argumentos sobre las barbaries acontecidas durante el nazismo, se agolpan en las estanterías de bibliotecas y librerías, por lo que la triste excusa de los campos de concentración, las cámaras de gas y la limpieza religiosa, étnica o sexual, siguen vivas, no sólo en el ideario colectivo, sino como recuerdo de todos los que murieron por los complejos y la envidia, causas de cualquier conflicto.
Lejos de profundizar en el contexto histórico (sobre ello hay muchos que saben más que yo) y dado lo ávidos que son mis lectores por las recomendaciones de lectura temáticas -soy poco aficionado a los listados, aunque creo que a veces son necesarios…-, durante esta y las próximas semanas reseñaré algunos libros para niños, jóvenes y no tan jóvenes que creo de buena calidad, de poca lágrima y bastante objetivos, sobre los acontecimientos que trajo consigo el Tercer Reich (y no me refiero precisamente al “escarabajo” de Volkswagen, las carreteras alemanas o la Cruz de Honor de la Madre Alemana).
El primero de estos libros es el re-editado recientemente Cartas a Bárbara, de Leo Meter (Lóguez). En esta edición, bellamente acompañada por las ilustraciones originales del autor, se recogen las cartas que el artista y escenógrafo alemán Leo Meter envía a Bárbara, la hija que tuvo con la judía de origen holandés Elisabeth Plaut, durante la II Guerra Mundial desde Ucrania, adonde es enviado para luchar en el bando germano. De sutil belleza y lenguaje cercano, narra la realidad de una vieja Europa minada por la tristeza, omitiendo en todo momento la palabra “guerra”, un vocablo censurado por régimen nazi. Léanlo con una sonrisa porque en todas sus páginas cabe la esperanza.

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